La Sentencia del TSJA reconoce que los padres de una niña fallecida por una negligencia médica ocurrida durante el parto deben ser indemnizados no solo por el daño moral de su muerte, sino también por las lesiones permanentes sufridas en vida por la menor, siendo éste un derecho que no se extingue con el fallecimiento.
Errores de Diagnóstico
Entre las formas más comunes de negligencia médica se encuentran los provocados por un error diagnóstico o de tratamiento, lo que destaca la importancia de una evaluación médica precisa y una actuación adecuada para no empeorar la condición del paciente.
Para valorar la conducta de los profesionales sanitarios, es necesaria la prueba de la negligencia médica, y ésta se produce, cuando no se ha puesto a disposición del paciente los medios adecuados tanto diagnósticos como terapéuticos que le son exigibles.
De esta manera, aunque la actividad diagnóstica comporta riesgos de error, existe sin embargo responsabilidad, cuando para la emisión del diagnóstico el médico no se han ofrecido al paciente todos los medios que deben ser empleados en la práctica profesional. Para ello, se deberán tener en cuenta que las pautas de diagnóstico y tratamiento terapéutico sean conformes a los protocolos asistenciales, valorando las circunstancias de cada caso para decidir la prestación de asistencia.
En nuestro Blog incorporamos una selección de nuestros casos ganados y noticias sobre negligencias médicas por error de diagnóstico que ponemos a su disposición. Nos avalan más de 30 años de experiencia.
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El acuerdo extrajudicial alcanzado por nuestro despacho con la aseguradora del hospital reconoce una indemnización al paciente de 46.200 €, al admitir el error diagnóstico y la tardanza en tratar una torsión. Esta negligente actuación provocó que, finalmente, al paciente le extirparan el testículo.
Aunque la paciente presentaba rotura del tendón del cuádriceps, y presentaba un cuadro de dolor intenso, no se le practicó ninguna prueba en el hospital para determinar el origen de la lesión, no siendo, por tanto, correctamente diagnosticada. Esta negligencia médica provocó que la joven perdiera la oportunidad de operarse a tiempo.
El Juzgado condena a la Administración al considerar que la pérdida del testículo del bebé se produjo por una negligencia médica, al no diagnosticar la torsión testicular que presentaba. Por ello, deberá indemnizarle con 49.000 € más intereses.
El SAS estima la reclamación patrimonial al considerar que la asistencia médica dispensada en el hospital no se ajustó a los protocolos aplicables a los casos de ictus, privando a la paciente de la administración del necesario tratamiento fibrinolítico, ocasionándole lesiones neurológicas irreversibles. Por ello la indemniza con 121.800 €.
El SAS que indemniza la negligencia médica con 39.238 €, admite que “analizando el proceso asistencial se detecta un retraso diagnóstico de torsión testicular. Esto dio lugar a la orquiectomía, por lo que existe relación de causalidad entre la asistencia sanitaria con el resultado final”.
30.000 € para indemnizar la falta de información a un paciente a quien no comunicaron que padecía hiperglucemia. Ello provocó que estuviera varios años sin tratamiento y con secuelas incapacitantes derivadas de una diabetes no diagnosticada a tiempo.
Condena por negligencia en el diagnóstico de un cáncer: no diagnosticaron una leucemia por lo que el paciente falleció. La ausencia de información, impidió igualmente que el paciente hubiera podido pedir una segunda opinión, o bien acudir a la sanidad privada, pues existían opciones de tratamiento.
El TSJA ratifica la condena al SAS por no diagnosticar graves malformaciones fetales. Fija en medio millón de euros la indemnización que corresponde a los padres de un niño que nació con graves secuelas físicas y neurológicas, por un error de diagnóstico prenatal.
Los médicos confundieron los síntomas de una hemorragia cerebral producida por un accidente de tráfico con los de una borrachera. El error de diagnóstico provocó la muerte del joven paciente
Le provocaron graves lesiones por error de diagnóstico al confundir un tumor benigno con uno maligno. Por ello, la agresiva reintervención quirúrgica para extirparle el esófago se demostró inútil, como también el tratamiento oncológico que se le administro, con graves consecuencias para la enferma.